Desde una perspectiva de derechos de la infancia y adolescencia, que es la que adoptamos en el enfoque de la parentalidad positiva, las imágenes ofrecidas presentan matices muy centrados en lo negativo. En el principio de la pandemia, los niños eran considerados “vectores” principales de contagio a los que había que vetar el juego al aire libre en el parque, se les restringían las relaciones con los iguales y hasta se cuestionaba la pertinencia de sus relaciones con los abuelos como población sensible susceptible de su contagio. La imagen social negativa no hacia sino responder a los propios enfoques de la ciencia que en ese momento esperaban un gran impacto negativo de la pandemia en la infancia. En esta misma línea, la apertura de los colegios llenó páginas y páginas y horas de emisión ante el gran peligro potencial que representaba la vuelta a las aulas como un entorno proclive a los contagios. En estas noticias salían entrevistas con la dirección de los centros, el profesorado y las propias familias cuestionando hasta qué punto se habían tomado las medidas pertinentes y se vaticinaba una gran debacle. Todo ello estaba muy justificado y, sin duda, había que contarlo.
Sin duda, todo lo que dependa del centro escolar debe quedar bien claro y dispuesto para una vuelta lo más segura posible al colegio. No tengamos reparo en pedir todas las aclaraciones que estimemos oportunas al respecto. Pero sepamos que nuestro papel es también muy importante ya que somos las figuras de referencia para nuestros hijos e hijas de las que depende que se preserven todos sus derechos y se salvaguarde su bienestar físico y psicológico. De nosotros depende que sepan responder adecuadamente a las nuevas normas escolares. Te presentamos nuestras recomendaciones en el documento PDF que encontrarás a continuación.
Como familia nos hemos visto expuestos a momentos muy duros en nuestras vidas. Confinamiento, enfermedad, fallecimiento de personas queridas, peligro o pérdida de empleo, conflictos larvados que se exacerban ante la obligada convivencia, malestar psicológico, miedo y estrés, entre otras adversidades. Sin embargo, aunque de modo no planificado, es en estas situaciones inesperadas donde se pone a prueba la unidad de la familia en la toma de decisiones ante tanta incertidumbre, la capacidad de reorganizarnos ante los cambios sobrevenidos que nos sacan de la rutina ya aprendida, la necesidad de expresar afecto y acompañarnos unos a otros en esos momentos de tristeza y desánimo. Como padres y madres positivos hemos aprendido a seguir llevando alegría a nuestros hijos e hijas y a proporcionarles esa nueva “normalidad” dentro del cambio continuo de circunstancias que tanta seguridad les reporta. También hemos aprendido a saber mirar por nuestros mayores y a ponerlos en el foco de nuestras preocupaciones en estas circunstancias, ya estuvieran con nosotros, en sus propias viviendas o en residencias para cuidarlos; a echarlos de menos, acompañarlos a distancia y pasar el duelo cuando se nos han ido en situaciones más dolorosas que nunca.
En estos próximos meses, la web de Educar en Positivo, a través de la colaboración con la Asociación Hestia y en pos del proyecto común que nos une de promoción de la Parentalidad Positiva, compartirá los programas y vídeos de Toma la Palabra realizados por Hestia Radio de forma abierta y libre para todas las personas que visiten nuestra web. Los vídeos estarán disponibles en la sección Vídeos Educativos.
No se considera negligencia como acto punible aquellos casos en que habiendo estas carencias tan importantes las figuras parentales no las pueden cubrir por razones de causa mayor como una hambruna, pandemia, catástrofe natural, guerra, etc. Como ejemplo de negligencia no tan extrema como podemos imaginar sería cuando un bebé o un niño/a de corta edad recibe solo cuidados físicos básicos (comer, cambiar pañales, ponerle a dormir) sin la compañía de un cuidador/a estable que le manifieste afecto, que esté atento a sus expresiones emocionales, a sus llantos, que le deje solo a menudo, que no le hable, que le ponga pantallas para sustituir su presencia y no interactúe o le tenga atado en su carrito mucho tiempo,incluso cuando está en casa. Un cuidador que le tenga en espacios noventilados, con ambiente de humo, que no lo saque de paseo en algúnmomento del día, que no le ponga a ver a otros niños e incluso a jugar con ellos si ya puede hacerlo.
Hestia es una Asociación para la Intervención e Investigación Familiar, Psicoeducativa y Social fundada en Canarias en el año 2008, con la que hemos cooperado en los programas de educación parental basados en evidencia que estamos llevando a cabo en el marco de la Parentalidad Positiva. Les damos las gracias por la generosidad de compartirnos algunos de sus contenidos. Esperamos que la variedad de temas de infancia, adolescencia y familia que nos traen sean de su agrado.