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Módulo 2

Mejoramos la relación en la familia

"Mi hija ha cambiado mucho en su relación con nosotros"

Ser padre o madre es una de las tareas más importantes que una persona puede desarrollar en su vida. Esta tarea está repleta de momentos gratificantes y bonitos pero también se presentan en ella retos que superar. Así, en cada etapa, la relación con los hijos e hijas es diferente; ellos crecen y cambian, y los padres y madres también cambiamos. Ahora bien, esa relación nunca deja de ser especial y única. Dentro del ajetreo diario no es fácil reconocer la oportunidad que tenemos de crecer junto a nuestros hijos. Además, en la convivencia con los hijos es probable que surjan problemas derivados del roce diario, problemas que, podríamos decir, son el pan de cada día.



Nuestra propuesta:

En nuestro programa, ayudamos a los padres a encontrar momentos de reencuentro con sus hijos e hijas, a disfrutar de su compañía, a compartir actividades y tiempos de ocio... En definitiva, a disfrutar de la labor de ser padres y madres y de compartir todos juntos el espacio familiar.

También es clave que los padres y madres sepan que los problemas y los diferentes puntos de vista sobre las cosas, pueden servir para conocernos mejor y fortalecer la relación con nuestros hijos e hijas. Para ello es clave que la familia aprenda a desarrollar buenas formas de comunicación. De la misma forma, los conflictos con los hijos, aunque puedan parecer únicamente situaciones complicadas y negativas, siempre tienen una vertiente positiva si saben resolverse adecuadamente.

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Sabías que...

  • Existen abundantes datos de diferentes investigaciones españolas que indican una disminución, durante la adolescencia, de la cercanía emocional, de las expresiones de afecto y de la cantidad de tiempo que padres e hijos pasan juntos. La comunicación también suele experimentar un ligero deterioro en torno a la pubertad, ya que en esta etapa los chicos y chicas hablan menos espontáneamente de sus asuntos, las interrupciones son más frecuentes y la comunicación se hace más difícil.
  • Dichos estudios señalan también que los progenitores se muestran especialmente preocupados por los conflictos relacionados con las tareas domésticas, los estudios, las salidas nocturnas y los cambios de humor y de personalidad del adolescente, mientras que los hijos e hijas se preocupan más por las comparaciones entre hermanos, por el hecho de que sus padres no les presten la atención requerida a sus asuntos y por el dinero. Estas discrepancias contribuyen a abrir más la brecha de la incomprensión entre padres e hijos.
  • En general, las madres están más orientadas que los padres y los adolescentes a la negociación y a hacer ver su postura, mientras que los adolescentes utilizan más las estrategias impositivas y de manejo de emociones negativas o bien ignoran el conflicto. Esta es una forma de desencuentro que puede también contribuir al progresivo distanciamiento en las posturas de unos y otros.
  • Los padres y madres viven los conflictos como un fracaso, que permanece en el tiempo y sobre el cual no tienen control. Por ello, se frustran y tienen sentimientos de impotencia cuando intentan resolverlos.

Objetivos

1.
Reflexionar sobre la calidad de los espacios en común y la comunicación con los hijos e hijas, e identificar métodos favorecedores o limitadores de dicha comunicación.

2.
Favorecer la interpretación positiva del conflicto como una oportunidad para el cambio en las relaciones y el crecimiento familiar.

3.
Reflexionar sobre cómo viven los padres los conflictos y cómo interpretan el comportamiento de sus hijos e hijas, y fomentar el pensamiento perspectivista para entender mejor sus puntos de vista.

4.
Analizar los diferentes ámbitos de la vida de sus hijos e hijas en que los padres pueden intervenir, y reflexionar sobre los métodos adecuados en cada ámbito.

Perfil del usuario

No hay restricciones a la hora de seleccionar a los participantes en este módulo. Pueden realizarlo todos los padres y madres que tengan interés por mejorar la convivencia familiar; no importa el nivel de desencuentros o problemas que estén experimentando en la familia.