Como familia nos hemos visto expuestos a momentos muy duros en nuestras vidas. Confinamiento, enfermedad, fallecimiento de personas queridas, peligro o pérdida de empleo, conflictos larvados que se exacerban ante la obligada convivencia, malestar psicológico, miedo y estrés, entre otras adversidades. Sin embargo, aunque de modo no planificado, es en estas situaciones inesperadas donde se pone a prueba la unidad de la familia en la toma de decisiones ante tanta incertidumbre, la capacidad de reorganizarnos ante los cambios sobrevenidos que nos sacan de la rutina ya aprendida, la necesidad de expresar afecto y acompañarnos unos a otros en esos momentos de tristeza y desánimo. Como padres y madres positivos hemos aprendido a seguir llevando alegría a nuestros hijos e hijas y a proporcionarles esa nueva “normalidad” dentro del cambio continuo de circunstancias que tanta seguridad les reporta. También hemos aprendido a saber mirar por nuestros mayores y a ponerlos en el foco de nuestras preocupaciones en estas circunstancias, ya estuvieran con nosotros, en sus propias viviendas o en residencias para cuidarlos; a echarlos de menos, acompañarlos a distancia y pasar el duelo cuando se nos han ido en situaciones más dolorosas que nunca.
En estos próximos meses, la web de Educar en Positivo, a través de la colaboración con la Asociación Hestia y en pos del proyecto común que nos une de promoción de la Parentalidad Positiva, compartirá los programas y vídeos de Toma la Palabra realizados por Hestia Radio de forma abierta y libre para todas las personas que visiten
nuestra web. Los vídeos estarán disponibles en la sección Vídeos Educativos.
No se considera negligencia como acto punible aquellos casos en que habiendo estas carencias tan importantes las figuras parentales no las pueden cubrir por razones de causa mayor como una hambruna, pandemia, catástrofe natural, guerra, etc. Como ejemplo de negligencia no tan extrema como podemos imaginar sería cuando un bebé o un niño/a de corta edad recibe solo cuidados físicos básicos (comer, cambiar pañales, ponerle a dormir) sin la compañía de un cuidador/a estable que le manifieste afecto, que esté
atento a sus expresiones emocionales, a sus llantos, que le deje solo a menudo, que no le hable, que le ponga pantallas para sustituir su presencia y no interactúe o le tenga atado en su carrito mucho tiempo,incluso cuando está en casa. Un cuidador que le tenga en espacios noventilados, con ambiente de humo, que no lo saque de paseo en algúnmomento del día, que no le ponga a ver a otros niños e incluso a jugar con ellos si ya puede hacerlo.
Hestia es una Asociación para la Intervención e Investigación Familiar, Psicoeducativa y Social fundada en Canarias en el año 2008, con la que hemos cooperado en los programas de educación parental basados en evidencia que estamos llevando a cabo en el marco de la Parentalidad Positiva. Les damos las gracias por la generosidad de compartirnos algunos de sus contenidos. Esperamos que la variedad de temas de infancia, adolescencia y familia que nos traen sean de su agrado.
Sin duda, todo lo que dependa del centro escolar debe quedar bien claro
y dispuesto para una vuelta lo más segura posible al colegio. No tengamos
reparo en pedir todas las aclaraciones que estimemos oportunas al respecto.
Pero sepamos que nuestro papel es también muy importante ya que somos las
figuras de referencia para nuestros hijos e hijas de las que depende que se
preserven todos sus derechos y se salvaguarde su bienestar físico y
psicológico. De nosotros depende que sepan responder adecuadamente a las
nuevas normas escolares. Te presentamos nuestras recomendaciones en el documento PDF que encontrarás a continuación.
Algunos no se han visto muy alterados por la situación; sin embargo otros son más propensos angustiarse, a mostrarse más irritables, a tener pesadillas y a no dormirse con facilidad. Pero también se vive de forma diferente por parte de los padres y madres y no digamos por las personas mayores que están viviendo con la familia. Para todos ellos se abre un tiempo de incertidumbre, de temores por la salud de la familia, preocupaciones por los riesgos que atenazan a los puestos de trabajo y ansiedad ante las noticias del impacto de la pandemia en España, los países circundantes y el mundo entero. Las dificultades que se experimentan en la familia disparan las emociones negativas y hacen más patentes los problemas que venía arrastrando la pareja y las relaciones con los hijos e hijas. Todo ello puede incrementar el nivel de estrés familiar y hacer surgir o exacerbar los conflictos familiares por la convivencia forzada durante todo el día en un espacio confinado.