La frustración es una respuesta emocional ante un obstáculo que cualquier persona se puede encontrar en la vida cotidiana, no es solo una respuesta de niños y niñas, los adultos también experimentan frustración cuando se proponen conseguir una meta y no lo consiguen. Pero, lo importante ante esta emoción es la respuesta que se da, es decir, la capacidad de pensar en alternativas para hallar la meta propuesta o cambiar las estrategias para conseguirlo sin experimentar un bloqueo emocional. Por medio de unas pautas básicas se puede ayudar a los hijos e hijas a que asuman la frustración como algo normal y natural en la vida. La frustración debe verse como una oportunidad no como un fracaso, si el niño o la niña intenta hacer un dibujo y no le sale, no permitas que se centre en la imposibilidad de hacer el dibujo, ayúdale a entender que debe buscar otra forma de hacerlo.