Vivir sin ver la televisión es posible

Varias familias españolas nos cuentan lo que supone no tener una tele en su casa y cómo lo llevan sus hijos.

texto alternativoGabriel Cortina lleva 10 años casado y no hace mucho decidió cambiarse de casa con su mujer y sus tres hijos a la sierra de Galapagar (Madrid). En su «nueva vida», este matrimonio decidió que la televisión no formaría parte de ella. «Hemos pasado muchas horas juntos físicamente, pero pasando canales con el mando, por lo que no hablábamos, y ni siquiera nos divertía lo que veíamos», asegura Gabriel. «Ahora estamos encantados. Tenemos una tele, pero hemos desconectado la antena. Sólo los sábados, después del desayuno, dejamos que nuestros hijos de 8, 6 y 4 años negocien qué película de vídeo, en inglés, quieren ver».

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